Esta es una pregunta que yo misma me hizo por mucho tiempo. ¿Debo decirle a mi hijo que tiene una discapacidad?, ¿o es mejor dejar que crezca aceptando sus diferencias de manera natural sin necesidad de enfocarnos en la etiqueta y más bien enfocándonos en sus habilidades?
A lo largo de los años he comprendido basada en mi propia experiencia y mientras veo crecer a mis hijos, que como seres humanos necesitamos identificar y comprender el origen de nuestras vidas para entender y aceptar nuestras debilidades, y a partir de ahí ser capaces de celebrar y fortalecer nuestras habilidades innatas.
No podemos negarnos a a realidad de que nuestro hijo tiene una discapacidad,
Y aunque tratando de restarle importancia a la etiqueta intentemos enmascararla para no limitarlo basado en las pocas expectativas de otros, la realidad es que su condición es parte de quien él o ella es. Literalmente, no podemos esconderla, porque de cierto modo lo estamos negando a él o a ella.
En vez de eso, es nuestra tarea como padres superar nuestros propios prejuicios y convertirnos en los expertos en la vida de nuestros hijos para poder acercarnos de manera positiva, con amor, con orgullo y con fe, y dentro de sus posibilidades poder explicarles cuál es su discapacidad, pero sobre todas las cosas poder demostrarles que esa parte de ellos no anula su capacidad, ni la magia de su individualidad.
Si le niegas el derecho a saber de primera mano,
- Probablemente será sorprendido y se sentirá ofendido cuando en su interacción natural en la vida escuche comentarios negativos o sea percibido de modo diferente sin entender a ciencia cierta el porqué.
- Debido a esto, lo más probable es que tratando de entender las diferencias desde su inseguridad o falta de información, no podrá ser capaz de identificar sus similitudes y sus fortalezas.
- Será un blanco fácil de comentarios malintencionados ya que no ha vivido ese momento de comunión consigo mismo reconociendo sus fortalezas y debilidades de modo abierto y honesto. Un momento sagrado que solo quienes lo aman pueden y deben facilitar para él.
- Si hablas con él de su discapacidad de modo sencillo, adecuado a sus habilidades y de modo natural, le estás abriendo una puerta al entendimiento, la auto-aceptación, y la celebración plena de cada milésima de su ser.
Mi propia experiencia en este tema,
En mi casa, y supongo que porque no tengo hijos típicos y hago el trabajo que hago, hablar del síndrome de Down siempre ha sido muy natural, sin embargo, hace unos meses atrás me di cuenta que aunque mis hijos son conscientes de que tienen síndrome de Down, nunca me había sentado con ellos a hablar uno a uno de lo que significa tener síndrome de Down.
Nos sentamos los tres en un círculo e hice la pregunta que nunca había hecho antes: “Emir, Yaya. ¿Ustedes saben que tienen síndrome de Down, no?” Los dos contestaron que sí. Entonces utilizando un par de videos les mostré un poco más de lo que significa tener síndrome de Down, y aproveché de mostrarles también diferentes caras del síndrome de Down, y de mostrarle algunos videos de personas con síndrome de Down exitosas.
Los dos estaban emocionados y varias veces se identificaron con otras personas con síndrome de Down que veían en los vídeos. Mientras les hablaba de su conformación genética en las palabras más simples posibles, Ayelén me pregunto si así se veían sus genes por dentro. Le contesté que si. “Super,” me dijo.
Emir estaba más interesado en saber si él también podría convertirse en un deportista destacado. “Claro que si, Emir.” le dije. “Al final, ambos serán que quieran ser, porque todo empieza con el deseo inmenso de seguir nuestra pasión. Luego viene el trabajo duro y la determinación por convertirnos en quienes queremos ser. Y eso es la regla sin importar cuántos cromosomas nos conforman,” le dije a ambos.
Cerramos la conversación con la invitación de Emir para ir a jugar al patio trasero. La conversación fue sencilla, natural y enriquecedora.
A medida que sigan creciendo vamos a seguir hablando, probablemente de situaciones más específicas que son totalmente naturales y vienen asociadas a su crecimiento, pero mientras tanto, creo que ya nos pusimos al día.
Habla con tu hijo para que nadie lo sorprenda. Dale la fortaleza y la educación para entender porqué y sentirse orgullo de ser él o ella misma. Es una tarea que como padre, nadie más puede hacer por ti.
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Gracias por visitarnos, querida Tati!!
Habla con tu hijo para que nadie lo sorprenda. Dale la fortaleza y la educación para entender porqué y sentirse orgullo de ser él o ella misma. Es una tarea que como padre, nadie más puede hacer por ti.
Siempre con tus palabras justa Eliana!! Gracias!! :*