Desde el 15 de septiembre al 15 de octubre de cada año, se celebra en los Estados Unidos el mes de la herencia Hispana. Esta celebración se inició como un modo de hacer conciencia acerca de nuestro aporte como inmigrantes Hispanos para combatir así el racismo y el prejuicio.

Todos los días son una oportunidad para demostrar quienes somos y todo lo que podemos, pero no cabe duda que son estos los momentos en que no debemos desaprovechar de celebrar y seguir haciendo la diferencia.

Los Hispanos somos valientes

No cualquiera abandona su lugar de origen y comodidad para ir detrás de un sueño. Emigramos de diferentes lugares, tenemos diferentes objetivos, pero sin duda a todos nos mueve una ilusión:

Algunos vienen en busca de dinero, otros de éxito y otros con la sóla intención de darles a sus hijos una vida mejor.

Yo soy Hispana de nacimiento y de corazón, y nada me enorgullece más que ver todo lo que he conseguido con mi acento y mis rasgos Hispanos. Ese orgullo Latino a mi se me nota a leguas.

El error que muchos cometen es renunciar a ser quienes son pensando que las bases culturales se reemplazan, cuando como Hispanos lo que debemos de hacer es fortalecer nuestras raíces y dejar de ser racistas con nosotros mismos, dejar de criticarnos y en vez de buscar diferencias, encontrar similitudes. Apoyarnos y alegrarnos de los logros de cada uno.

Debemos celebrar nuestra lengua, nuestras costumbres y nuestra raza.

Tenemos que transmitirlas a nuestras próximas generaciones y demostrarle a este país y sus habitantes que no les estamos robando la identidad, sino la estamos enriqueciendo.

Cuando yo llegué a este país era Boliviana, ahora soy algo más grande, soy Latina, Hispana, madre, mujer y profesional y cada meta que logro, la consiguo en nombre de mi raza y me siento orgullosa de poder terminar con el prejuicio gracias al trabajo duro y al esfuerzo. Me encanta leer en los titulares “madre Latina” “mujer Hispana” “Inmigrante Latina”

Amo mi país de origen, pero también amo el país donde ahora vivo, lo respeto y trabajo por él y para él.

En Bolivia nací hace 34 años atrás, crecí libre caminando por las calles para hacerle los mandados a mi abuelita. Disfruté de mi niñez a plenitud, crecí y maduré.

En Estados Unidos me convertí en madre y en mujer. Aquí aprendí el valor de la libertad en un mundo lleno de oportunidades que premia tu esfuerzo, que cree en ti y aún sin ser ciudadano te tiende la mano. Un mundo donde no importa cual es tu apellido ni tu recomendación. Un mundo que uno forja basado en sus habilidades y en sus posibilidades.

Yo aquí aprendí a hacer de todo, y desde los trabajos más simples hasta los más complicados han traído una enseñanza a mi vida y han domado mi ego. Todo eso le agradezco a este país. También el darle abrigo y educación a mis hijos.

En Estados Unidos se aprende que no importa si te toca limpiar baños o elaborar un plan de negocios, uno siempre tiene que luchar por ser el mejor, porque esa es la única manera que existe de crecer, de vivir y de aprender.

Hoy y cada día de mi vida yo celebro ser quien soy: La mujer, la madre, la profesional e immigrante Hispana.

Este país es la prueba de que los verdaderos líderes no nacen, se hacen, ya que somos muchos los que llegamos a este país con una maleta cargada de sueños, y muchos los que cada día luchamos por hacerlos realidad.

 

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Eliana Tardio
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About Eliana Tardio

En este espacio Eliana comparte su pasión por un mundo inclusivo a través de las historias de integración natural de sus dos hijos, Emir y Ayelén, quienes crecen y desarrollan sus talentos como modelos de diferentes marcas internacionales. Viviendo con pasión, compasión y estilo; esta es una vida totalmente imperfecta que celebra pequeños grandes triunfos mientras interpreta las enseñanzas en los retos. Eliana fue nombrada el 2015 como Mejor Activista Latina en US gracias a Latinos in Social Media.

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