Por una extraña razón, pensé que mis hijos nunca iban a crecer; principalmente Emir quien ha sido siempre mi niño tímido y tierno. El que siempre sigue las reglas, el que está siempre dispuesto a ayudar, el que corre a poner a la mesa, y que nunca se sienta sin asegurarse que todos tengan sus cubiertos y servilletas. Pero hay cambios naturales de los niños en su crecimiento, y estos suceden sin importar su individualidad.
“Emir ha sido el punto de partida en mi vida. Junto a él comenzaron las tradiciones que hacen sonreír mi corazón y lo llenan de alegría. El año 2004 entendí porqué la gente gasta tanto dinero en ropa de bebé que sólo utilizan un día; cuando le compré su primer trajecito de Papa Noel, su sombrerito y sus botas.”
A lo largo de los años la tradición ha continuado, el segundo año le tocó sólo otra vez.
Pero el tercero ya tenía compañía.
Todos los siguientes nuestra tradición de prepararnos para la llegada del nuevo año con fotos navideñas y calendarios especiales; se volvió la fecha más especial de nuestras vidas.
La ropa, los zapatos, el espacio, las fotos.. todos hemos crecido. Ellos en su tarea de modelos, yo en la mía como fotógrafa.
Y así, siguieron pasando los años..2011
La emoción siguió´apoderándose del mes de Diciembre,
Hasta que este 2013; después de comprar su disfraz favorito de Duende, Emir decidió que ya no participaría de la sesión de fotos porque me dijo que ya no es un bebé, tampoco un payaso.
Y se negó completamente.
Y se nos escapó de las manos. No puedo negar que me sentí triste, son más de 9 años de prepararnos para este momento, pero el comportamiento de Emir es una manifestación natural del crecimiento.
Todos los niños cruzan la etapa en la que se sienten muy grandes para muchas cosas y todavía pequeños para otras.
Ya no quiere participar de la sesión de fotos navideñas, tampoco que yo baje del carro a acompañarlo a la puerta del autobús cuando se va a la escuela; pero hay otras cosas en las que ha vuelto a acercarse a mi. Le gusta que lo ayude a elegir su ropa, que juguemos video juegos, que hagamos juntos galletas. Y hay otras cosas, para las que nunca va a dejar de ser mi bebé, como cuando me pide que le rasque la espalda, que le peine con mis dedos sus cabellos.
Tengo que dejarlo crecer. Tenemos que dejarlos crecer. Tomar sus propias decisiones y a cambio, ofrecerle nuevas opciones que los hagan sentirse comprendidos y respetados en su deseo y necesidad de crecer.
Perdí un modelo este año. Me quedan sólamente dos. Ayelén y Mochy, mi hija y mi perro.
La sesión de fotos no fue lo mismo sin Emir, extraño no verlo en las impresiones.
Pero a cambio, lo tuve ayudando en la producción y en la edición. Y aunque en esta Navidad queda un espacio vacío con su ausencia en nuestras tradiciones; lo llena una memoria, y es la de su evolución como ser humano, de su crecimiento, de la expresión de sus propias decisiones.
Se me escapó el 2013, ¡veremos que nos depara el destino los próximos años!
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jajja si, aprovéchalo a Mateo, luego cuando te das cuenta ya crecieron :)
Eso me recordó que debo aprovechar ahora que Mateo se deja disfrazar y sacar fotos!
Un abrazo a tus grandes hijos y otro para ti!
Saludos!