Estamos felices de ser parte del #BarbieProject, un proyecto en el que Barbie y Ayelén juegan juntas descubriendo las lecciones que se esconden en la magia del juego. Hoy como los niños caprichosos pueden convertir la testarudez en perseverancia.
Mi ilusión como madre es volver a dormir hasta las 10 de la mañana algún día. Vivo de la ilusión convencida de que es prácticamente imposible. Sumado a eso, por una extraña razón en los días feriados los niños se despiertan más temprano que nunca. Nunca juntos, parece que tienen un código secreto en el que toman turnos para asegurarse de mantenerme ocupada.
El turno de ayer le tocó a Ayelén. Era la madrugada del viernes 4 de Julio (Feliz día América), cuando comencé a escuchar sonidos extraños de plástico siendo forzado. Como madre con 10 años de experiencia ya me los conozco todos, puedo reconocer el sonido del silencio cargado de travesuras, el sonido del cereal, de la bolsa de queso, y diferenciar perfectamente entre cuando se sirven leche y agua. Podríamos decir que son súper poderes que llegan con la maternidad, pero no, son armas de sobrevivencia que tenemos que desarrollar en el intento de no perder la cabeza y poder hacer cosas tan comunes, como mirar un programa completo de televisión.
Solo Dios sabe que no me quería levantar. El aire acondicionado estaba en 70, estaba acurrucada en mi sábana limpia de franela, y quería seguir durmiendo, pero mi razón pudo más que todo.
Y ahí estaba ella, acompañada de su cómplice peluda y un par de tijeras de papel color rosa. Que por cierto aparecen y desaparecen a conveniencia. Abría con ímpetu la caja de la muñeca que le dije que tenía que esperar hasta que mamá abriera.
Hace unas semanas viajé a Los Angeles a conocer al equipo de Mattel, y entre los regalos que nos dieron, recibí la nueva Barbie empresaria, que es la dueña de su propio negocio y la protagonista de este nuevo proyecto con el que Barbie quiere inspirar a las mujeres a ser dueñas de su vida y de su destino. Además, la muñeca promueve la culturalidad en un mundo en el que el color, la apariencia ni las diferencias deberían ser razones para separarnos, sino para unirnos.
Por un momento tuve el instinto de ¡correr a quitarle la tijera! Pero en vez de eso preferí quedarme cerca sin quitarle la oportunidad de ser capaz y hacer su mejor esfuerzo por alcanzar su meta.
Me quedé ahí mirándola, tomando algunas fotos de ella mientras me ignoraba, y pensando:
- ¿Es creativa o testaruda?
- ¿Tengo que premiarla por intentar, o castigarla por por romper las reglas?
Pero hay pequeños riesgos que nos llevan a dar el próximo paso, son pasos en la vida que nos ayudan a crecer.
Tantos años enseñándole a usar las tijeras no son tan importantes, como su habilidad para utilizar la mano izquierda para alcanzar los hilitos de plástico más pequeños que amarraban a la muñeca. Creatividad. Juego de dedos y manos.
Es una realidad que sabía exactamente lo que estaba haciendo. Mi presencia no la sacaba de su momento perfecto, de ese momento en el que los niños sienten que han alcanzado el poder y la independencia para abrir una caja de muñecas, para utilizar una tijera, para seguir los pasos que eventualmente los llevarán a conseguir lo que tanto anhelan.
Le dió un abrazo y un beso cuando finalmente la liberó de su envoltura.
Luego despacio y en silencio, recogió las piezas de papel y plástico y las puso en el basurero. Para ese momento ya había olvidado hasta la posibilidad del castigo. Estaba fascinada viéndola llevar a cabo paso a paso su ambicioso plan. Además al final de cuentas, esa era su muñeca.
¿Hará esta experiencia un cambio en su percepción de lo que está permitido y lo que está prohibido?
Considerando que el tema central era conseguir su ansiada Barbie, confío en que lo rescatable de su astucia será darse cuenta que utilizando su creatividad, sus habilidades y su perseverancia, puede hacer cosas que hasta ahora no sabía que puede.
Oficialmente esta es la primera vez que Ayelén abre una caja de muñecas por si misma. Tarea que otros padres concordarán conmigo, ¡no es tan fácil como parece! Considerando su historia de dificultad manteniendo la calma cuando las cosas se ponen difíciles, y enfocándose en las ellas sin importar cuánto tiempo le tomen, creo vale más el premio que el castigo, aunque su premio no es otro que la muñeca que ella mismo se ganó.
Creatividad y Capacidad. Cuando estamos listo como padres, a controlar el impulso de sobre protegerlos para dejarlos dar el próximo paso, y crecer.
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gracias Orisava. Saludos!
Que buena historia