Dice una amiga muy querida mía, que si nunca te has cuestionado este frase, entonces no eres humano.

“Tal Vez No Soy Tan Buen Padre Como Yo Quisiera”

Siempre me da risa escucharla, y es algo que nos decimos la una a la otra cada vez que nos toca enfrentarla. Sus hijos son típicos, los míos también aunque tienen discapacidades; como sea, las dos vivimos lo mismo de diferentes maneras.

A veces ella siente que no puede invertir todo el tiempo que quisiera en darle más oportunidades a los suyos, yo también lo siento.

Los ve crecer y se queja de que no son tan buenos como quisiera en la escuela, no lo hace por falta de amor o aceptación, todo lo contrario, lo hace porque quiere lo mejor para ellos, y al igual que yo, quisiera que sus hijos fueran a la universidad, que se gradúen, que sean exitosos, que sus vidas sean balanceadas y fructíferas, entonces, una vez más nos miramos a la cara y entendemos que lo que único que podemos hacer hoy, es tratar de hacer lo mejor que podamos y dejarlos soñar sus propios sueños, basados en sus habilidades personales y sus capacidades únicas.

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Cuando uno es padre de un hijo con discapacidad, mientras uno está preocupado porque de una vez hablen, que mejoren su dicción, que aprendan a ser independientes; uno mira alrededor para comprobar que quienes no tienen un hijo con discapacidad, están igual de preocupados por otras habilidades que ellos consideran igual de esenciales.

En conclusión la tarea nunca es más fácil. El amor siempre quiere más, siempre quiere lo mejor.

Algo que hemos aprendido con los años, es a respetar nuestras expectativas propias. Yo he cometido el error de querer comparar mi vida con la suya para demostrarle que exige mucho de sus hijos, ella ha cometido el error de creer que yo no debería tener tantas expectativas. Hemos aprendido de nuestros errores, y eso nos ha hecho todavía más amigas.

Personalmente, la experiencia de ser padre a veces parece como que cerré los ojos y los volví a abrir para darme cuenta que ya pasaron 11 años desde que mi primer hijo nació. Los años avanzan y nada ha sido tan fácil como yo pensaba, y por otro lado, todo ha sido más fácil de lo que jamás imaginé. Emir sigue aprendiendo a hablar, todavía le cuesta articular palabras, sigue contestando en oraciones cortas, y aunque a veces nos sorprende con ideas concretas y completas, le falta mucho aún. Ayelén necesita más articulación, hace poco fue diagnosticada con apraxia y eso trae nuevos retos, como sea, tenemos que sentirnos felices y dichosos de dónde están hoy. De dónde hemos llegado individualmente.

Es en estos momentos en los que cuando hablo con esa amiga, le pregunto:

  • “¿Será que todavía hay tiempo?
  • ¿Será que van a conseguir superar los retos y lograr sus sueños?”

Siempre me responde con mis propias palabras:

“La magia de los sueños es que se adaptan a nuestras habilidades únicas, y no porque hablen mejor o logren más cosas los vas a querer más o menos.” Eso me lo enseñó mi amiga Eliana Tardío, siempre me contesta.

Lo cierto es que como padres, siempre tenemos la duda de si estamos haciendo lo mejor posible. A veces tratamos de medir nuestro esfuerzo en relación a los logros, cuando los logros físicos no siempre pueden medir el amor ni la pasión que invertimos en nuestros hijos.

  • El secreto es no rendirse, es respetar esos momentos en los que sentimos miedo.
  • Reflexionar, celebrar lo bueno, y rodearnos de personas que alimenten nuestra fe con su ejemplo.

Otra amiga adorable a la distancia y que es gran prueba de ello es Karin Schroder, mamá de Caterina, una jovencita increíble con síndrome de Down, que hace poco lanzó su página de Facebook y en ella, una entrevista en la que habla de su experiencia con la inclusión y de cómo cambió su vida. Ver el video da emoción, también incertidumbre acerca de las capacidades individuales de nuestros hijos, y probablemente desencadena la pregunta principal de este artículo: ¿Estamos haciendo todo lo que debemos como padres? ¿Estamos asumiendo todos los retos que deberíamos para darles todas las oportunidades?

Cuando se lo mostré a mi amiga me dijo: Realmente como madre de hijos típicos ver a Caterina me hace volver a la pregunta de si le he dado a mis hijos todas las oportunidades que se merecen, es increíble ver lo capacidad de Caterina viviendo con una discapacidad. Y es que ser padre no es fácil, y la respuesta a esta pregunta no es una respuesta que debas contestarle a nadie y es tal vez una respuesta complicada que nunca seremos capaces de contestar, pero es en cambio un compromiso y una reflexión que debes enfrentar tu mismo como padre, no como un juicio, sino como una oportunidad de ser cada día mejor. No hay padres perfectos, pero hay padres que cada día hacen su mejor esfuerzo, por ellos: Sus hijos!

 

Eliana Tardio
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About Eliana Tardio

En este espacio Eliana comparte su pasión por un mundo inclusivo a través de las historias de integración natural de sus dos hijos, Emir y Ayelén, quienes crecen y desarrollan sus talentos como modelos de diferentes marcas internacionales. Viviendo con pasión, compasión y estilo; esta es una vida totalmente imperfecta que celebra pequeños grandes triunfos mientras interpreta las enseñanzas en los retos. Eliana fue nombrada el 2015 como Mejor Activista Latina en US gracias a Latinos in Social Media.

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