Lo lógico y natural sería dejarlos abrir sus alas y crecer sin limitaciones. Lamentablemente, definir cuándo es el momento correcto para dar el próximo paso no es tan fácil como parece. El mayor arte, es aprender a dejar crecer a tus hijos.
Todos nos hemos sorprendido alguna vez al descubrirlos haciendo cosas que ni siquiera sabíamos que podrían. Y créanme que sin importar la condición de nuestros hijos, este proceso de descubrimiento de sus habilidades es una de las experiencias más reconfortantes de la vida.
De cierto modo, descubrir que pueden a su manera única nos da la tranquilidad de “saber que podrán.” Que podrán enfrentarse a ese mundo duro y complicado allá afuera, que van a poder sobrevivir a la adolescencia, que cueste lo que cueste van a encontrar su vocación y van a sentirse orgullosos de si mismos, pero a veces ese “poder” llega más pronto de lo que pensábamos, o cuando no tenemos aún la fortaleza que necesitamos para dejarlos seguir adelante.
El arte de dejarlos crecer implica tres cosas por parte de los padres:
- Fe; enseñándoles a creer en sus capacidades basados en nuestro ejemplo.
- Valor; para dejarlos enfrentarse a situaciones en las que quisiéramos protegerlos, pero que sabemos que tarde o temprano tendrán que enfrentar por si mismos.
- Fortaleza; para lidiar con las situaciones incomprensibles que nos recuerdan que aunque sean nuestros hijos, son individuos totalmente independientes que crecen basados en nuestros principios, sin que eso les garantice una vida sin margen de error.
¿Cómo lidiar con nuestros temores sin restarles oportunidades naturales de desarrollo?
- Sacarle Provecho a las Oportunidades. Comencemos por mirar alrededor para descubrir esas oportunidades naturales que les darán competencia para salir a la vida y sentirse seguros ante los retos mayores. Déjalo ayudar de acuerdo a sus capacidades. Todo puede ser adaptado para darle una oportunidad a su talla.
- Promover Sus Fortalezas Sin Minimizar sus Capacidades. Es cierto, para nosotros siempre serán frágiles y pequeños, sin embargo, tenemos que darles oportunidades para demostrar lo que pueden. Para que a su modo personal consigan sus objetivos, se sientan orgullosos de sus logros, y aprendan a tener fe en si mismos. NO tiene que hacerlo a tu modo para hacerlo bien, sólo tiene que hacerlo, y sentirse seguro y orgulloso de ello.
- Hay que Creer en Ellos, y Enseñarles a Escuchar su Propia Voz Interior. Y a veces eso significa que vamos a enfrentarnos a discusiones indeseadas, o quizás nos vamos a sentir confundidos como padres cuando conozcamos que piensan de un modo diferente, o tienen planes distintos a los nuestros. No es fácil hacer a un lado el ego, o sentir como pasamos de super-héroes a “viejos.” Pero que nuestros hijos sean diferentes a nosotros no es una mala señal, todo lo contrario, sabremos que hemos hecho un buen trabajo empujándolos a ser ellos mismos. Hay que darles oportunidad de tomar sus propias decisiones, aconsejarlos, y estar ahí para darles un abrazo, ya sea de apoyo, celebración, o consuelo.
Estos es la vida, y amar significa dejarlos crecer.
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