¡Bienvenido al gran día! Si tu hijo con necesidades especiales empieza la escuela, es normal que estés emocionado y asustado al mismo tiempo. Si la experiencia ya es difícil para padres de hijos típicos, lo es más aún para padres de hijos con necesidades especiales o discapacidad de algún tipo.
1. La mejor manera de lidiar con los temores es enfrentarlos.
Seguro tienes un millón de preguntas. Asegúrate de encontrar respuestas para todas y cada una de ellas. Parte de tus derechos como padre bajo el Acta de Educación para Individuos con Discapacidad; si tu hijo estará recibiendo servicios bajo IDEA, o ajustes en su curriculum bajo el Plan 504; es ser partícipe del desarrollo del plan de educación de tu hijo, o de la toma de decisiones a la hora de ubicarlo en su salón de clases. Recuerda y haz que se cumpla: Tu eres el principal defensor de tu hijo y nada sucede sin tu conocimiento y autorización.
2. Edúcate para entender y hacer valer tus derechos.
Aunque la mayor parte del tiempo, los educadores tienen todo el deseo de apoyar el éxito de tu hijo, recuerda que tu hijo es un alumno más en un aula de más de 20 niños, pero el único en tu corazón de padre. No dejes que tu responsabilidad recaiga sobre nadie más, edúcate, nadie conoce ni ama a tu hijo como tu, por tanto, nadie puede hacer el trabajo mejor que tu. No confíes en tus emociones, edúcate acerca de las leyes y haz cumplir los derechos de tu hijo con objetividad y esfuerzo. No hay necesidad de luchas, solo de conocimiento y comprensión plena de la ley.
3. Aprende junto a tu hijo.
El sistema escolar es un mundo nuevo e intimidante para cualquier padre. Aprende junto a él, crece junto a él, y cuando no entiendas cómo ayudarle en casa, pide ayuda. El trabajo no se acaba con el timbre de la tarde, recién comienza cuando tu hijo llega a casa y necesita de tu atención y devoción para poder reforzar lo aprendido.
4. Crea una conexión directa y fuerte con la maestra de tu hijo.
No te conformes con esperar que se comunique contigo en situaciones problemáticas. Asegúrate de estar al tanto de lo que está sucediendo, saber cuándo y cómo es el mejor momento para llamarla o escribirle un par de líneas. Demuéstrale tu interés y tu deseo de ayudar cuando haga falta. Aunque no lo creas, estos pequeños gestos marcan una gran diferencia y ayudarán a que tu hijo sea reconocido y apreciado de un modo especial.
5. Asegúrate de entender el modo en que tu hijo es instruido en la escuela, qué servicios recibe, cuándo y dónde.
Esta información está detallada en el plan individualizado de educación de tu hijo, sin embargo, muchos padres no están seguros del método de instrucción especial de sus hijos, ni de los servicios que recibe. Asegúrate de saber cómo se implementa el plan de tu hijo, y sobre todo, de qué se esté cumpliendo. Si no conoces las metas de tu hijo, no podrás ayudarle a llegar. Lleva un seguimiento cercano, y contáctate con la maestra si crees que tu hijo no está avanzado. No dejes que la bola crezca, enfrenta los retos y busca soluciones inmediatas para que tu hijo no se quede atrás.
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