Como líder, orador, comunicador, o escritor, tu objetivo final es sin duda compartir tu mensaje y crear conciencia a través de tus vivencias personales, conocimiento, o posición ante un tema o una causa específica. Con toda la tecnología que contamos actualmente parecería sencillo volverte famoso o viral inmediatamente, sin embargo, hay razones por las cuales tu mensaje no es tan exitoso como esperas.
4 Razones Por las Cuales Tu Mensaje No Es tan Exitoso Como Esperas
1. ¿Cuál es tu objetivo?
A veces queremos decir tantas cosas a la misma vez que terminamos hablando de todo y al final cuando nos damos cuenta no dijimos nada. El mensaje escrito tiene la ventaja de que puede ser editado, aún así, si no editas, reflexionas y corriges antes de publicar, ya perdiste los lectores que le dieron click a tu artículo en primera instancia.
En el caso del mensaje hablado. Hay momentos en la vida que no se repiten, y si eres invitado a una entrevista de prensa, te topas con una persona influyente en un elevador, o eres sorprendido por una llamada telefónica que cambiará tu vida, y en vez de tomar la oportunidad y abrir una puerta, la cierras porque no tienes claro tu mensaje o tu objetivo.. lamentablemente es posible que no se vuelva a abrir.
Los líderes no nacen, se hacen a cada paso. Define tu objetivo, practica tu mensaje. Habla y escribe con propiedad, con corazón, con pasión, compasión, y estilo.
2. ¿Eres persuasivo, o aburrido?
El secreto está en encontrar el modo de crear un lazo invisible entre tu audiencia y tu mensaje. No importa si tu audiencia está al otro lado de la pantalla, o frente a ti. Eres persuasivo cuando eres un experto en tu tema, cuando cuentas con los recursos para generar discusión. Cuando abres la mente de los demás hablando de cosas que no habían considerado, y que pueden ampliar su perspectiva haciéndolos sentir parte del cambio.
3. Ahórrate la introducción y el cierre triunfal. Vamos a lo qué vinimos.
Mientras más claras y directas tus ideas, más fáciles de digerirse. Es así de sencillo. Divide la información en pasos simples. Utiliza subtítulos, números, puntos. Haz que el lector se sienta motivado a leer o escuchar, no que se frustre tratando de descifrar tus ideas. Peor aún, nadie tiene tiempo para frustrarse. Si algo no es interesante, se cierra o se apaga.
4. Siéntate en la audiencia, y piensa desde el otro lado.
Uno de los mayores problemas es el ego. Si quieres entregar un mensaje y crees que tienes toda la verdad, ya perdiste tu audiencia. Para que tu audiencia crea en ti debes estar a su lado, debes entender sus preocupaciones, sus temores, sus realidades, y estar dispuesto a aprender de cada experiencia. Piensa en cuáles son las respuestas que a ti te gustaría escuchar en ese mismo momento, y cuál sería la mejor manera para recibirlos sin sentirte intimidado, avergonzado o juzgado.
Pensar en estos cuatro puntos se vuelve un hábito, aunque como con cualquier otra habilidad de vida, hay que revisarlo, mejorarlo, y estar siempre dispuesto a bajarnos de la tarima para comprender que el mayor éxito del ser humano, es justamente ese, su humanidad a la hora de conectarse con otros.
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