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Si vale la pena el estrés por integrar a tu hijo con discapacidad, es una pregunta que yo personalmente me hago decenas de veces al día. Principalmente cuando siento que las cosas son demasiado difíciles y que sinceramente, no es justo que hasta lo más simple se vuelva tan complicado cuando se habla de integración.
Sin embargo, cuando compruebo el resultado en el desarrollo de mis hijos y la independencia que han ganado, no tengo duda ninguna. Valen la pena cada una de las lágrimas y cada uno de los dolores de cabeza con tal de verlos donde están hoy.
En mi opinión, no podemos ni debemos darnos por vencidos. No podemos ceder el derecho de inclusión e integración natural de nuestros hijos, basados en sentimientos de culpa con relación a sus diferencias. Como padres, tenemos que dejar de permitir que otros sean los que definan lo que pueden y hasta dónde pueden llegar. Tenemos que dejar de creer en analogías sin fundamento que culpan a nuestros hijos por su discapacidad, haciéndonos creer que no son lo suficientemente buenos como para pertenecer al mundo que es de todos por derecho.
Tenemos que dejar de sentirnos inseguros acerca de los derechos de nuestros hijos, porque su derecho humano y universal es ser apoyados, tienen derecho a ser ellos mismos, y tienen derecho a pertenecer. Los mismos derechos que todos y para todos.
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (2007) | Artículo 24
Los Estados deben garantizar un sistema de educación inclusivo en todos los niveles, así como la enseñanza a lo largo de la vida, con el objetivo de asegurarles a las personas con discapacidad la posibilidad de desarrollar plenamente su potencial y propiciar su participación plena y en igualdad de condiciones como miembros de la comunidad.
Nuestras familias siguen siendo víctima del prejuicio y la ignorancia, y no hablo de acoso o de ofensa pública. Estoy hablando en cambio de la falta de información real y accesible para definir respetuosa y dignamente a una persona con discapacidad. Los días de concientización dedicados a educar acerca de la discapacidad carecen de importancia para la mayoría de las personas. Mientras tanto, y por falta de apoyo y de educación, nuestros hijos no son reconocidos como individuos, sino como etiquetas andantes con futuros pre-determinados y extremadamente limitados.
Aunque la respuesta es obvia, ¿porqué vale la pena seguir luchando por la integración de nuestros hijos con discapacidad?
- Porque no hay un “mundo especial” allá afuera una vez se gradúan de la escuela.
- Porque no hay “posiciones especiales” de trabajo y las expectativas son las mismas para todos en la vida real.
- Porque no hay modo de enseñarle a un niño a hablar, interactuar o adaptarse al mundo sin interacción típica natural.
- No hay modo de “repararlos” segregándolos en clases de educación especial.
Todo lo que necesitan es ser aceptados, comprendidos e integrados con sus propias capacidades y modos únicos de comunicación.
Mi punto es, esto no se trata de negarle a tus hijos los servicios y apoyos que necesitan y merecen, pero se trata de entender que no es lo único que necesitan ni lo más importante.
Tenemos que dejar de segregarlos para darles una vida plena. Para cambiar el mundo, necesitamos normalizar la discapacidad, ayudarles a otros a entenderla y lidiar con ella de modo natural. Sin vergüenza, sin resentimientos, sin lástima, y sin prejuicio.
Y este el principio del verdadero cambio. Así que cuando me pregunto si realmente vale la pena el estrés de luchar por una comunidad inclusiva. Si, vale la pena.
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Totalmente de acuerdo Cynthia. El apoyo humano y las vivencias de otros te ayudan a creer y a poder.
Buscar grupos humanos que te puedan ayudar en todo que te puedan hacer sentir que vales y te dan todo tu apoyo.
Mi querida Jennifer, no es fácil amiga, pero no hay que rendirse. Me alegro que hayas encontrado otra escuela para ella, y espero de todo corazón que todo salga muy bien. felicidades por no rendirte y seguir luchando!
Sabes? es taaaan cierto eso que comentas. Tengo una niña con Disfasia y se ha vuelto un calvario la lucha por que la integren.
Ella tiene 11 años y practicamente me dijeron en el colegio que ella no tiene futuro! Eso es …. INCONCEBIBLE!! cuando ella es muy dedicada, cuando ella le encanta la escuela, cuando hace sus tareas tan ´perfectas. Se que ella no aprende al mismo ritmo, y que aprende a veces de formas diferentes, pero por eso se le debe negar el derecho a la inclusion?? No es justo!!! como tu dices: no hay un mundo especial una vez que terminan la escuela, asi que deben aprender de sus pares para poder salir adelante una vez que nosotros ( sus padres ) ya no estemos con ellos.
Mi hija entrara a secundaria en agosto y en el colegio donde esta me dijeron que no la pueden aceptar en secundaria porque ellos no creen que pueda y que ellos no pueden darle la atencion. Tu crees¡¡ es un colegio pequeño, de solo 5 niños en cada aula, como no pueden darle la atencion ? . La inscribi en otro colegio para la secundaria y en verdad espero que ellos esten dispuestos a apoyarla, porque si no, no se que voy a hacer. No se por que todo tiene que ser tan complicado.
Te entiendo tanto!!!!!!