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El padre de un hijo con discapacidad dijo una vez: “Cuando recién nació no sabía que hacer con él, hoy ya no sabría que hacer sin él.” Esta es una historia de amor criando hijos con discapacidades y esta frase describe el sentimiento de sentirse sorprendido por la experiencia. De repente te encuentras en un lugar donde nunca esperaste estar, un lugar que probablemente nunca hubieras elegido para ti. Y mientras en tus brazos cargas el milagro más sagrado e increíble de la vida, tu propio hijo, tus sentimientos se atropellan unos con otros. Porque a pesar de lo que amas con la vida, puede que se vea diferente a todo lo que esperabas.
Como padres, es difícil aceptar estos sentimientos porque no quieres traicionar el amor por tu hijo, y probablemente sientes temor de que algún día mal interprete este momento y crea que dudaste de su amor. Aún así, este momento de confusión es uno que viven la mayoría de los padres. Una situación que viene acompañada de un mundo de preguntas: “Qué hago ahora? Seré un buen padre para ella o él? Hay algún modo de cambiarle esta realidad? Será feliz?”
Esos es solo el comienzo de la historia, porque eventualmente todos crecemos. Nuestros hijos también crecen, y junto a ellos, nosotros evolucionamos como padres y seres humanos. Tener un hijo con discapacidad o necesidades especiales no necesariamente te convierte en una mejor persona, pero te ennoblece y sensibiliza de muchas maneras, y te hace reflexionar acerca de lo que de verdad importa en la vida. Es una realidad que no todo el mundo entiende.
Cuando mis hijos nacieron y fueron diagnosticados con síndrome de Down, todo lo que sabía es que los amaba infinitamente y que iba a hacerlo todo por verlos felices. Mi primera intención como padre fue tratar de quitarles de encima el estrés, y en mi deseo de hacer eso, pensé que reducir o hacer a un lado mis expectativas era la respuesta más lógica.
Pero siguieron creciendo y eventualmente me di cuenta que, amarlos no era limitarlos o quitarles oportunidades tratando de evitarles el trabajo, todo lo contrario, amarlos es tener expectativas altas de ellos para no hacerlos solo felices, sino capaces, independientes y orgullosos de si mismos. Y así fue como todo comenzó a cambiar.
De esperar nada y sentirme agradecida por todo, empecé a ver oportunidades. Empecé a creer que había mucho más para ellos de lo que yo creía. Comencé a hacer preguntas y a soñar nuevos sueños. Me sobrepuse a mis propios prejuicios e inseguridades, y solo entonces fui capaz de entender y comenzar a creer que el cielo es el límite para cualquier persona, incluidos aquellos que viven con una discapacidad.
Cosas maravillosas nos han sucedido durante estos últimos 12 años de vida y amor juntos. Hemos crecido, hemos evolucionado, y hemos ayudado a otros a darse cuenta que ellos también pueden lograrlo. Todo en nuestras vidas es el resultado de amor puro y verdadero. Todo lo bueno es la manifestación de fe y dedicación sincera; aunque eso no signifique que ha sido fácil o que alguna vez lo será. Soy consciente de que enfrentaremos retos por siempre, como sea, es emocionante sentirse parte del cambio, y no resultado de la impotencia.
Como individuo y como madre de Emir y Ayelén, mi misión es promover la inclusión natural de las personas con discapacidad. Estoy orgullosa de demostrar con nuestro ejemplo que si es posible, aunque no sea un camino fácil y necesite hasta la última gota de energía. Sin embargo si estás en el proceso de tomar la decisión, te prometo que todo valdrá la pena si apuestas por inclusión.
En nuestro proceso de crecimiento y evolución como familia, hemos sido bendecidos con el apoyo de nuestra comunidad y quienes creen en nosotros, y ese es el caso de We All Grow Summit, quien patrocinado por YouTube me dio la oportunidad de presentar mi historia y compartir mis sueños y esperanzas por un mundo más inclusivo en el cual todos tenemos derecho de ser nosotros mismos.
Gracias We All Grow Summit y YouTube por esta experiencia inolvidable! Y gracias a las maravillosas mujeres con las cuales tuve el honor de compartir el podio, quienes luchan sus propias guerras apoyadas en su increíble pasión por un mundo mejor.
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