Cuando hablamos de hijos, de respeto y de reglas, inmediatamente asociamos nuestro papel de padres con el concepto de poder; el mismo con el que probablemente muchos de nosotros fuimos criados. Creemos que los hijos tienen que acatar sin preguntar, pero la realidad es que a veces, es una buena idea ceder ante sus caprichos.
Muchas veces la relación de padres e hijos se vuelve una guerra de poderes, en las que el hijo decide no ceder y en la que el padre cae actuando de la misma manera, mientras sin darse cuenta, refuerza el capricho en vez de extinguirlo.
La mayoría de los padres creen que cediendo poder se lo están quitando a si mismos, pero en realidad, es todo lo contrario: Compartir el poder significa actuar inteligentemente desde tu madurez como padre, para poner en tu hijo la responsabilidad y la motivación que lo impulsará a conseguir el comportamiento esperado, mientras se convierte en tu mejor aliado.
Por ejemplo, mi hija Ayelén, quien ha sido bendecida con una personalidad desafiante, se ha negado siempre a hacer educación física. Por años y sin éxito, las maestras y yo hemos luchado incansablemente por crearle acomodaciones para que haga educación física. Pero este año, y a diferencia de otros, y después de discutirlo con las maestras, en vez de presionarla a cambio de algo, decidimos darle algo para darle control y ganar control al mismo tiempo.
Así que el fin de semana la llevé de compras, con la promesa de no parar hasta encontrar los zapatos perfectos. Le dije que entendía que todo este tiempo, el problema había sido que no tenía los zapatos adecuados, y que ahora que ella tenía el poder de elegir, no pararíamos hasta encontrarlos. Caminamos todo el día, hasta que finalmente, los encontró. Los zapatos perfectos, que según ella tenían el poder, eran un par totalmente diferente a lo esperado. Si, son zapatos con apariencia deportiva, pero según yo, no los más apropiados. Aún así, decidí darle el poder, y le compré los zapatos.
Hoy cumplimos una semana de éxito después de haber cedido a su capricho. Por primera vez, no solo ha hecho educación física la semana completa, sino que además, hoy corrió , por iniciativa propia, la maratón de la escuela. ¡30 vueltas! Así que si funciona, y si revisamos la experiencia, al final conseguimos lo que tanto esperábamos, aún cediendo el poder que no necesitábamos.
¿Estás listo para compartir el poder?
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