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El mayor reto de criar un hijo con discapacidad no es la discapacidad por si misma, sino el deseo consciente o inconsciente que sentimos los padres de compensar sus retos haciéndolo todo más fácil para ellos.
Podemos culpar al amor como excusa, pero con la mano en el corazón reflexionemos y seamos realistas, el verdadero amor no limita y espera lo mejor de los que ama.
Puede que tu hijo tenga una discapacidad, pero eso no significa que tu hijo sea incapaz. Tu hijo puede vivir con una condición que hace sus retos más obvios comparados con otros, pero sin duda alguna tiene más habilidades que retos que necesitan ser reforzados para que así pueda ganar independencia y desarrollar sus capacidades individuales al máximo.
El Arte de Capacitar En Vez de Incapacitar
Capacitar a tu hijo significa ofrecerle oportunidades haciendo a un lado las etiquetas. Estos consejos fáciles pueden ayudarte a mantener las expectativas hacia tu hijo en el nivel óptimo: ¡Tan alto como sea posible!
- No digas que no puede sin dejarlo intentar. Si no le das la oportunidad de poder, nunca vas a saber cuánto puede. No asumas que no puede basado en su condición, porque entonces te estás convirtiendo en su mayor verdugo. No corras a rescatarlo sin saber si realmente necesita ser rescatado. En vez de eso, da un paso atrás y déjalo intentar una y otra vez, porque junto a la práctica viene el conocimiento.
- La capacidad es el resultado de haber superado el error. Tu hijo como todo el mundo, cometerá miles y millones de errores antes de aprender todo lo que necesita en la vida. Amar no es privarlo de esta experiencia natural de crecimiento, justificando tu falta de fe bajo la excusa de que no quieres que sufra. Todos cometemos errores y crecemos gracias a ellos.
- Dale la oportunidad de enseñarte algo nuevo. Contrólate cuando se trata de mostrarle el modo “correcto” de hacer las cosas. Hay diferentes maneras de poder para alcanzar el mismo objetivo. Cree en tu hijo y con tu amor y aceptación plena, promueve sus iniciativas y fortalece sus habilidades únicas.
- No caigas en la tentación de hacer las cosas por él. Así es, es más fácil darle de comer en la boca por siempre, vestirlo, bañarlo y hacerlo todo por él, así las cosas no tienen margen de error y te evitas el estrés, sin embargo, cada vez que eliges hacer lo más fácil para ti, le estás enseñando a hacer lo mismo.
- Dale responsabilidades de acuerdo a sus capacidades. Todo el mundo es bueno para algo, y todos necesitamos fe y responsabilidad para sentirnos útiles. Se creativo y déjalo tomar responsabilidad de esa tarea que nadie puede hacer mejor que él.
- Rétalo a hacer más. Es difícil, pero nada bueno en la vida es fácil. Seguro no quieres estresarlo más o poner más carga sobre sus propios retos, pero empujarlo a poder es un incentivo no un castigo, y si no lo retas más, sino le enseñas más, y sino lo empujas a poder, entonces lo estás limitando.
- Que nadie disminuya tus expectativas acerca de él, porque de ellas depende su futuro. Todo el tiempo vas a encontrar gente negativa en el camino, pero eso no es excusa para rendirte. ¡Ignóralos! Porque no hay modo de hacerlo daño a tu hijo cuando tienes fé en él, pero si haciendo lo contrario, que es no creer en él tratando de no herirlo. Entonces si lo estarás discapacitando sin darle la oportunidad de mostrarte lo capaz que puede ser.
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Gracias Marilyn!!
excelente !!