Incluir es prácticamente tratar a todos por igual. Pero, ¿porqué es tan difícil tratarlo como a todos?
- La sociedad nos ha empujado a creer que necesitan “servicios especiales.” Como todo el mundo necesitan instrucción individualizada, probablemente en mayor medida, pero la individualización no debería ser considerada “especial” sino natural. Acaso como personas típicas, ¿no tenemos la habilidad natural de ajustarnos naturalmente a las necesidades de los otros? Porque si esto no viene con el paquete, probablemente somos nosotros los que necesitamos apoyo.
- La idealización los ha puesto en desventaja comparados con otros. Porque como se espera que sean “angelicales,” “divinos,” y “sin egoísmo ni maldad.” Es prácticamente imposible concebir en nuestras mentes que pueden tener sentimientos como todos, y en vez de responder a sus actos como lo haríamos como con cualquier otro niño de su edad, buscamos estrategias “especiales” o análisis fuera de serie para entender lo más lógico y básico del mundo, están aprendiendo a vivir. Resultado de nuestra carencia inclusiva en sus edades tempranas, estamos criando personas sin habilidades sociales ni capacidad de adaptación natural. A ellos no les falta nada, es a nosotros los que nos urge evolucionar.
- Queremos todos hacer lo más fácil. Y lo más fácil es tratar a los seres humanos como una discapacidad. Porque el verdadero reto es como padres sentarnos a hacer la tarea y aprender lo que nos falta, como maestros, identificar al individuo y establecer programas individualizados. Como sociedad, entender que hay mejores maneras de hacer las cosas creando programas de educación universal que beneficien a todos por igual y al crear accesibilidad creen inclusión y diversidad.
La inclusión si se puede lograr, pero si cada vez que tropezamos con una piedra bajamos los brazos, entonces somos parte del problema y no del cambio. Es una tarea supremamente difícil, no por su complejidad como tal, sino porque estamos en una etapa de cambio y evolución en la que estamos experimentando la presión natural que produce el cambio.
La inclusión no es responsabilidad única de la escuela como institución, ni del padre como individuo. La inclusión es un trabajo de equipo, y tiene que ser un compromiso que baje desde los niveles más altos para crear conciencia en todos los ámbitos de la sociedad.
Como padres, tenemos que exigir a nuestros gobiernos que creen conciencia de manera constante. El primer punto es educar para acabar con los prejuicios. Una vez los prejuicios se superan, las estrategias son naturales porque haciendo a un lado las excusas, reconocemos al individuo como tal y entendemos que es otro más en el aula, en el hogar, en el parque, en la vida..
Como educadores, no nos conformemos con decir que no se puede. Trabajemos con los padres y empujémoslos a hacer su tarea. Enseñémosles a luchar por sus derechos, motivémoslos a exigir más de su gobiernos. Apoyemos su habilidad única de utilizar su voz y convertirse en los mejores defensores de sus hijos.
- El Doloroso Camino hacia la Sanación: Desconstruyendo lo que una vez fue Normal - April 18, 2024
- The Painful Path to Healing: Deconstructing What Was Once Normal - April 18, 2024
- When Talking About Inclusion, Remember This - January 23, 2019