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“Mamá, ¿necesito ser rápida para ser un súper héroe?” me preguntó, Ayelén. “Sólo necesitas ser tu misma para ser un súper héroe,” le contesté yo.
“Pero los súper héroes necesitan ser fuertes para poder salvar el mundo,” continuó. “Yaya, la fortaleza no viene siempre de los músculos, la mayoría de la veces viene de tu corazón,” le dije con una sonrisa.
“Entonces este Halloween, quiero ser un súper héroe,” anunció. Con eso en mente, buscamos por el disfraz deseado, y muchas noches antes de Halloween, decidió probárselo.
Tan dramáticas como las cosas pueden ponerse a su alrededor, sobre todo lo demás, estaba preocupada de no ser un buen súper héroe y de no tener los poderes apropiados para salvar el mundo. Quería tiempo para entrenar para poder estar lista para la noche de Halloween. Y así lo hizo.
Decidió que nuestro jardín estaba equipado para convertirse en el mejor súper escondite para entrenar. Por horas practicó sus “habilidades de vuelo”, su rapidez y algunos efectos de sonido exclusivos que los súper héroes deben conocer. Sin poner mucha atención en la cámara, me senté sobre el suelo para tomarle un par de fotos. Disfruté completamente de su momento de compromiso y dedicación en esta tarea.
Para el final del entrenamiento, Ayelén estaba desilusionada de su inhabilidad de volar o correr más rápido. De acuerdo con ella, el disfraz no le había dado ningún súper poder. Así que la conversación acerca de las habilidades de un súper héroe comenzó otra vez.
“Yaya, todo el mundo puede ser un súper héroe de diferentes maneras. No necesitas literalmente volar para alcanzar el cielo. Muchas veces la alegría y el orgullo de hacer tu mejor esfuerzo pueden llevar igual de alto. El amor puede llevarte al cielo. Cuando haces algo bueno por los demás sientes que estás volando!
No necesitas ser más rápida, pero más sabida. A veces tratando de ser más rápidos, nos perdemos los mejores momentos. Ir más lento está bien. Todo en la vida tiene un lado bueno y uno no tan bueno, y la vida se trata de celebrar nuestras capacidades únicas. ”
“Cómo sabes eso, mamá?” me preguntó.
”Tu me has enseñado!” le dije.
Con eso, una sonrisa volvió a iluminar su rostro. Y porque los súper héroes como todo el mundo, necesitan un baño después de arduos días de entrenamiento, así lo hizo. Justo después, estaba lista para mirar las fotos que le había tomado.
Las revisamos juntas, pero algunas estaban muy borrosas, porque de nuevo, yo estaba concentra en ella y no en la cámara. Y fue entonces cuando algo realmente mágico sucedió. “Mami, ¿ves esto?” me preguntó. “Esta soy yo volando!! Pero tu no fuiste lo suficientemente rápida para poder captar mi rapidez, pero aún así, sigues siendo mi súper héroe.”
Le di un besote de esos que suenan mientras elegíamos un par de fotos para documentar su aventura como súper héroe. Una vez más, y aún sin saber a ciencia cierta lo que hacía, Yaya me enseñó algo único y especial. Le vivo diciendo que todo el mundo puede ser un súper héroe, pero a veces me olvidó de creérmelo y de celebrarme lo suficiente para considerarme uno.
Y así como ella lo es, lo soy yo también. Porque ser un súper héroe significa utilizar nuestros corazones para fortalecer e inspirar a otros y ambas lo hacemos la una por la otra, y por eso, ella es mi súper héroe, y yo me siento honrada de ser la suya.
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