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El otro día fui sorprendida por una interesante e inesperada conversación en el supermercado. Estábamos de compras con Emir y Ayelén cuando un compañero de clases vino a saludarlo. Estas son situaciones totalmente típicas para nosotros, ya que ambos, Emir y Ayelén, están totalmente incluídos en la escuela pública de nuestra ciudad; sin embargo, la situación no fue nada típica para los padres del niño, que inmediatamente se acercaron para preguntarme cómo era que Emir y su hijo se conocían. Encima de eso la madre agregó una frase totalmente inapropiada, “Cómo pueden ser amigos si mi hijo no es especial.”

Pidiéndole a Dios paciencia y fuerza, le contesté, “Mi hijo tampoco es ‘especial’. Tiene síndrome de Down y son ambos compañeros en la escuela. Como puede ver, se conocen y creo que son amigos. De todos modos, creo que lo correcto sería preguntarle a su hijo para aclarar cualquier duda.” La mujer estaba completamente confudida y probablemente desesperada por pedir una reunión en la escuela para asegurarse que su hijo no estaba en la clase equivocada, o que equivocadamente había sido catalogado como “especial.” Ante su obvia confusión, le dije, “Este proceso se llama inclusión. Todos los estudiantes pertenecen a la misma aula para beneficiarse de la educación mientras desarrollan relaciones naturales de amistad. No se preocupe, su hijo está en el aula correcta y el mío también.” Así cerré la conversación con una sonrisa y seguí caminado junto a mis hijos.

Porqué Algunos Padres de Hijos Típicos Rechazan la Inclusión 

Cuando pensamos en los retos de la inclusión nos enfocamos generalmente en los profesionales, sin embargo, muchas veces son los padres de los compañeros de nuestros hijos los que más se oponen a ella. En casos como el que acabo de compartir, los padres no reconocen las similitudes ni ven al individuo, sólo ven la discapacidad y no se sienten ni emocionados ni felices de ver a sus hijos compartiendo con personas que ellos como padres consideran diferentes. Estos prejuicios se disfrazan de palabra como angelitos, especiales, etc. Interesente ejemplo para hacer reflexión de este tema.

¿Porqué el prejuicio y resistencia a la inclusión de su parte?

Como esta he vivido innumerables experiencias similares a lo largo de mi vida, y en conversaciones con otras familias y profesionales, puedo aportar lo siguiente:

  • Los padres de hijos típicos que se oponen a la inclusión consideran que es un proceso que pone en desventaja a sus hijos privándolos de atención, ya que en sus mentes, el estudiante con discapacidad provoca distracción y perjudica a su hijo.
  • Porque no conocen el proceso ni el significado de la verdadera inclusión, se dejan llevar por sus prejuicios. Además, y aunque se demuestre lo contrario y no hayan diferencias en el trato a todos los estudiantes, inmediatamente identifican la presencia de la persona con discapacidad como una manera de disminuir los estándares educativos del salón de clases. Porque tienen miedo de la discapacidad, temen que sus hijos sean “confundidos y etiquetados” como estudiantes con discapacidad.
  • Nunca han tenido interacción típica con una persona con discapacidad, entonces no ven a la persona, sólo el diagnóstico. Son víctimas del círculo de prejuico que presenta a las personas con discapacidad como personas violentas, agresivas, indenfensas, discapacitadas, y socialmente inapropiadas.

No podemos juzgar a los padres de hijos típicos por estas reacciones fruto de la falta de información, pero bajo la realidad de que ningún niño debería estar expuesto a una situación como esta en un viaje típico al supermercado, es nuestra obligación como padres crear conciencia y asegurarnos que hayan cambios positivos que permitan que el mensaje llegue a todos. Para ellos, en meses como el mes de Octubre creamos concientización acerca del síndrome de Down, y esta es la oportunidad perfecta para hablar de inclusión, para compartir nuestras historias, para visitar la escuela de nuestros hijos, solicitar oportunidades en los medios de comunicación y elevar la conciencia acerca de la necesidad de inclusión a todos los niveles.

Dejemos de quejarnos de la falta de oportunidades y tomemos la responsabilidad e iniciativa de crearlas con nuestros propios recursos

Si todos como padres nos comprometemos a presentar a nuestros hijos como seres humanos típicos con habilidades únicas, vamos a lograr el cambio. Si en cambio, ahogados en nuestros propios prejuicios y victimizándonos a nosotros mismos seguimos evitando hablar del síndrome o inventando nuevas palabras en vez de cambiar los conceptos, entonces no podemos esperar que algún día nuestros hijos vivirán en un mundo mejor donde sean visto como personas y no catalogados con discriminación y lástima como, “especiales.”

Eliana Tardío
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About Eliana Tardío

Eliana Tardío es la mamá de Emir y Ayelén; ambos con síndrome de Down. Reconocida por su trabajo promoviendo la inclusión natural de las personas por su individualidad, Eliana ha sida reconocida por celebridades como Araceli Arámbula, Thalia, María Celeste Arrarás, Karen Martínez, y más. Su historia ha sido compartida por las cadenas mundiales más importantes: Univisión, Telemundo, CNN, y Azteca América. Nombrada Bloguera Latina Inspiración 2014 en USA, en este espacio Eliana comparte sus vivencias y recursos con más de 200.000 visitantes al mes.

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