Que todavía no hable a los seis, o a las ocho años no significa que lo estés haciendo mal. Que aunque te hayas quebrado el lomo tratando de enseñarle a escribir y a leer y todavía no pueda hacerlo como otros niños de su edad no significa que eres una mala madre o un mal padre. Que tu hijo con una discapacidad, si..”discapacidad”, tenga retos de desarrollo, aprendizaje, y adaptación es totalmente natural, porque tiene una discapacidad y aunque en tu intento de superar la inseguridad, el temor, y la angustia busques darle otro nombre a la circunstancia, o quieras creer que tienes el poder de anular los retos asociados a su condición, quiero decirte algo que te ayudará a dar el próximo paso hacia la aceptación y a la paz que tu corazón necesita para preocuparte menos y disfrutar más a tu hijo haciendo a un lado la confusión entre: trabajar porque sea la mejor versión de si mismo, y erróneamente creer que esa versión se basa en una tabla de desarrollo típico.

  1. Tienes que desarrollar la fortaleza para con la aceptación plena de tu hijo aceptar y entender que tu hijo tiene una discapacidad. Así se llama y es la forma correcta de decirlo: Persona con discapacidad. Una persona con discapacidad no es lo mismo que una persona discapacitada. Y la gran diferencia es esta, una persona con una discapacidad es una persona primero y siempre, que vive con una condición específica que aunque no define su futuro, provee información importante para ayudarte como padre a ayudarle a desarrollarse al máximo basado en sus habilidades únicas.
  2. No necesitas cambiar la discapacidad ni el pronóstico del diagnóstico para amar y celebrar a tu hijo. Para cumplir tu tarea como padre necesitas enfocarte en tu hijo como individuo, en darle a tu hijo lo mejor posible. Exactamente como harías con cualquier otro hijo. Realmente la tarea no es tan diferente como nos quieren hacer creer. Se trata de vivir un día a la vez, y de cada día vivirlo al máximo.
  3. No estás fallando como padre cuando tu hijo no avanza cómo esperabas en relación a niños típicos de su edad, porque no se trata de eso. Si estás haciendo tu tarea bien. Si estás enfocado, y si estás trabajando en apoyar a tu hijo para que alcance su desarrollo pleno, habrán miles de avances que premiarán tu amor y tu compromiso demostrándote que estás haciendo un buen trabajo. Lamentablemente esos premios no siempre son obvios y parte de la aceptación plena te hace aprender a identificarlos, valorarlos, recibirlos, y atesorarlos para ti, porque no se trata de los demás, se trata de ti mismo y de ella o él.
  4. Cada vez que te consuma la angustia y sientas que se te hace un nudo en la garganta porque muchas situaciones parecen no tener lógica ni respuesta, enfócate en lo que de verdad importa: Tu hijo como individuo. Y hazte un par de preguntas honestas que no siempre son fáciles, ¿estás disfrutando de su esencia sin juzgar sus carencias? ¿puedes celebrar su avance sin frustrarse en sus retos? ¿puedes enfocarte en sus habilidades en vez de estancarte en sus debilidades? ¿te victimizas o lo victimizas, o te empoderas en los retos y lo empoderas a ella o él para crecer juntos?

Nadie puede ponerle puntos a tu esfuerzo y decirte si lo has hecho bien o lo has hecho mal. Esa es tu tarea personal y tu compromiso contigo mismo y con tu hijo. Todas las decisiones que tomas hoy forjan su futuro, y al final, lo único que tienes que tener claro es que no se trata de nadie más sino de ustedes como padre e hijo, como madre e hijo, como familia, como equipo.

Si andas por la vida preocupado, ofendido, o frustrado porque lo que ves en otros, o la realidad de otros te pone en una posición de fragilidad o inseguridad, muy probablemente necesitas tomarte un descanso para enfocare en ti mismo y así poder dejar de preocuparte para ocuparte y entender que no es tu culpa si las cosas no evolucionan cómo esperabas, pero si tu responsabilidad la de hacer el mejor esfuerzo porque sigan avanzando a su ritmo con la certeza que le da calma a nuestro corazón de padre: no podemos cambiar su diagnóstico, pero si podemos habilitarlos para vivir al máximo de sus capacidades desarrollando habilidades sin límites, en mi opinión y la más importante, inteligencia emocional. 

Eliana Tardío
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About Eliana Tardío

Eliana Tardío es la mamá de Emir y Ayelén; ambos con síndrome de Down. Reconocida por su trabajo promoviendo la inclusión natural de las personas por su individualidad, Eliana ha sida reconocida por celebridades como Araceli Arámbula, Thalia, María Celeste Arrarás, Karen Martínez, y más. Su historia ha sido compartida por las cadenas mundiales más importantes: Univisión, Telemundo, CNN, y Azteca América. Nombrada Bloguera Latina Inspiración 2014 en USA, en este espacio Eliana comparte sus vivencias y recursos con más de 200.000 visitantes al mes.

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