No se si alguien lo ha dicho antes pero en mi opinión, cuando uno es padre cada nuevo día es una tremenda aventura. No importa la crianza que le demos a nuestros hijos, lo comprometidos que estemos con ellos, nuestra inversión de amor no puede ni debe tener la intención de volverlos perfectos, sino de darles herramientas para lidiar con lo cotidiano: los famosos retos de comportamiento. Siempre los padres nos preguntamos, ¿cómo sobrevivimos a la mala actitud de nuestros hijos, a sus berrinches, a sus guerras sin sentido? Hay una sola respuesta, hay que educar el comportamiento en vez e perder control.
El debate de la efectividad del castigo físico sigue siendo un tema candente, porque muchos crecimos siendo castigados físicamente aprendimos que es lo mejor. Pero seamos honestos con nosotros mismos, cuando decidimos utilizar nuestro poder físico como padres, hemos perdido completamente nuestro control emocional y eso es lo que le transmitimos a nuestros hijos. Ese es el patrón que decidirán seguir con los propios, o bien, en vez de resolver los problemas los haremos más intensos porque cuando cruzamos la línea del respeto y abusamos nuestro poder a nivel físico o sicológico con nuestros hijos, estamos abusando de nuestro poder y sometiéndolos en vez de hacer lo correcto que es educar el comportamiento en vez de perder control.
La lógica de todo esto no hace que sea más fácil re-educar nuestro propio comportamiento como padres para conseguir lo mismo con nuestros hijos. Pero el primer paso es aceptar que perder el control no es productivo para nadie y que cuando las situaciones se ponen acaloradas todos perdemos.
Entonces, ¿de qué se trata educar el comportamiento?
Educar el comportamiento empieza con un plan, como todo lo que funciona en la vida. El plan debe incluir:
- Expectativas claras: Qué es correcto y qué es incorrecto
- Reglas y Consecuencias
- Cómo generamos conciencia cuando estamos perdiendo el control: Palabras Claves Para Crear Balance
- Compromiso de convertir la tensión en comunicación
- Tiempo con intención y sin juicios
- Celebración del esfuerzo
Traducidos estos seis puntos a una experiencia personal, que es la que hoy me hizo recordar que los retos siempre van a estar pero es cómo los enfrentamos lo que hace la diferencia, aunque nunca sea fácil.
Emir, como cualquier adolescente de su edad, está una etapa constante en la cuál está midiendo su poder. Hoy se puto los zapatos deportivos sin medias. No parece un gran reto pero si lo es considerando que su escuela tiene un política estricta de vestimenta y él sabe que siempre tiene que llevar medias blancas o negras, o no entra a la escuela.
Lo típico es como padre querer tirarse los pelos porque sabemos que él ya sabe las reglas y esto es una manifestación de comportamiento intencional. Honestamente, qué difícil que no es enojarse y gritar, pero volviendo al punto 1,
- Es en este momento cuándo vamos a hablar de las expectativas. Las vamos a repetir sin sonar agresivos o agredidos. “Como ya tu sabes, las reglas de la escuela son claras. No puedes entrar a la escuela si no te vistes apropiadamente.”
- Vamos a hablar de las reglas y consecuencias. Vamos a utilizar nuestra palabra clave, “Es tiempo de pensar en lo que está pasando.”
- Con nuestra respuesta positiva a una acción negativa demostramos nuestro compromiso para convertir la tensión en comunicación, “creo que estás molesto esta mañana. ¿te puedo ayudar?”
- Vamos a ofrecer tiempo. “Te voy a dar unos minutos sólos para que pienses lo que quieres hacer. Vuelvo en un momento.” Esos minutos no sólo le dan espacio al hijo, también al padre
- No estamos atacando, no estamos juzgando, no estamos amenazando, estamos balanceando
- Vamos a retomar la conversación con calma y repitiendo las expectativas, reforzando las consecuencias positivas y con nuestro ejemplo vamos a controlar la situación. “Ahora que ya tuviste tiempo de pensar, ¿qué color de medias has decidido utilizar? Es tu decisión pero te puedo ayudar si gustas.”
- Vamos a celebrar cuando quebremos el ciclo dando las gracias por el esfuerzo y reiterando el trabajo realizado. “Has tomado una muy buena decisión. Me parece muy inteligente de tu parte. Gracias por hacer lo correcto.” Seamos honestos, no es una tarea fácil lidiar con nuestros sentimientos más confusos y no podemos asumir que la persona sabe cómo. De nuestro ejemplo nuestro hijo está aprendiendo.
El manejo del comportamiento con técnicas positivas implica mucho trabajo y preparación a nivel personal como padre. Todo parte del auto-control del padre. Muchos padres dicen que estas técnicas no funcionan, pero la pregunta es, ¿las has intentado en realidad? ¿has sido consistente? Y de nuevo, no son técnicas para reparar al individuo sino para darle herramientas de regulación que eventualmente le ayudarán a crear conciencia de sus actos, y a nosotros como padres, nos ayudarán a ganar control cuando cedemos control.
Estos pasos si funcionan, aún cuando como padres muchas veces fallemos y no sea fácil aplicarlas todo el tiempo.