La preocupación de muchos padres de hijos con discapacidad se centra específicamente en el momento en el cual dejan de ser niños pequeños para convertirse en adolescentes. Es entonces o cuando este momento está cercano que muchos padres recién comienzan a preocuparse de la sexualidad. Algunos no saben cómo hablar de sexualidad con sus hijos con discapacidad mientras otros prefieren anular la conversación basados en los prejuicios que la sociedad apoya convirtiendo a las personas con discapacidad en seres asexuados o sin capacidad alguna de tener control sobre sus cuerpos. 

En la vida real, la sexualidad con cualquier hijo es una conversación constante que evoluciona con el paso de los años y con el cambio natural que experimentarán física y sicológicamente mientras se convierten en adultos. Nada más dañino y perjudicial que quitarles a nuestros hijos con discapacidad su derecho a educación sexual basados en prejuicios y temores. Dicho esto, cuando hablamos de sexualidad con nuestros hijos con discapacidad estamos específicamente hablando de consentimiento. 

Encontré este artículo de Rooted in Rights acerca de la importancia de enseñarle a nuestros hijos el poder sobre sus cuerpos y me parece positivo, realista y muy práctico, así que a continuación y basada en esta información les comparto estos cuatro pasos:

1. Siempre pídele a tu hijo consentimiento antes de tocarlo, incluso antes de darle un abrazo.

Sé que ante esta aseveración muchos padres se sienten ofendidos y admirados. ¿cómo le vas a pedir a tu hijo permiso para tocarlo si es tu hijo? La respuesta es simple. Porque al tener tu hijo una discapacidad, la mejor manera de enseñarle que su cuerpo es privado y que tiene el poder de protegerlo, es comenzar por enseñarle que si las personas en quienes más confía le piden consentimiento para ayudarle a tomar un baño, para vestirse, o cualquier otra actividad íntima, un desconocido jamás podrá sacar ventaja de ella o él fruto de su vulnerabilidad como persona con discapacidad. Que tu hijo o hija necesitan ayuda para ciertas actividades no necesita que no tienen derecho sobre sus cuerpos. Es su derecho aprender a protegerlo, elegir quien le da ayuda, y sobre todo, tener una persona asignada que le ayuda mientras protege su seguridad e integridad. 

2. Enséñale a tu hijo o hija a respetar el espacio de los demás y a pedir permiso antes de tocarlos.

Otro prejuicio limitante y doloroso que pone a las personas con discapacidad en estado de vulnerabilidad es la tendencia a aceptar que toquen y abracen a todo el mundo como característica de su discapacidad. Totalmente falso. Las personas con discapacidad, como cualquier otra persona típica, que tocan a otros sin su consentimiento se convierten en personas que causan incomodidad en los demás. Es el derecho del individuo con discapacidad aprender a tener límites en relación a los demás, y es además una forma de protección en contra de la vulnerabilidad que puede provocarle sentir que las personas no tienen límites personales.

3. Enséñale a todas las personas alrededor de tu hijo o hija, que tu hijo o hija merecen respeto y que es derecho consentir muestras de cariños por parte de familiares o amigos, más aún de desconocidos.

De nuevo, si seguimos fomentando el prejuicio de que las personas con discapacidad son ositos cariñositos, lo único que conseguimos es ponerlos en una situación de peligro en la cual personas cercanas o extrañas pueden sacar ventaja de ellos. 

4. Investiga, reporta y denuncia inmediatamente cualquier sospecha acerca de la integridad de tu hijo o hija.

Jamás podemos normalizar el abuso sexual en personas con discapacidad como algo que les sucede alguna vez. Denunciar cualquier tipo de situación inapropiada no solo protege directamente a nuestros hijos, sino que además sienta precedente para hacer cambios productivos en nuestra sociedad con respecto a la percepción de la integridad y la dignidad de las personas con discapacidad.

Aprender a consentir es tener poder sobre nuestros cuerpos y conciencia acerca de nuestra capacidad de reconocer el acercamiento positivo y seguro, y el acercamiento inapropiado y peligroso. Todas las personas pueden aprender y no podemos sencillamente quitarles su derecho basados en temores o prejuicios. La constancia, la educación temprana, y la repetición crean conciencia y protegen a tu hijo o hija. ¡Comprométete!

Eliana Tardío
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About Eliana Tardío

Eliana Tardío es la mamá de Emir y Ayelén; ambos con síndrome de Down. Reconocida por su trabajo promoviendo la inclusión natural de las personas por su individualidad, Eliana ha sida reconocida por celebridades como Araceli Arámbula, Thalia, María Celeste Arrarás, Karen Martínez, y más. Su historia ha sido compartida por las cadenas mundiales más importantes: Univisión, Telemundo, CNN, y Azteca América. Nombrada Bloguera Latina Inspiración 2014 en USA, en este espacio Eliana comparte sus vivencias y recursos con más de 200.000 visitantes al mes.

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