Siempre he tenido claro la importancia de cuidarme y amarme a mi misma pero la verdad es que desde que cumplí 40 años mi compromiso se volvió más serio junto a mi deseo de sentirme bien mental y físicamente para poder lidiar con los retos de la vida desde el mejor lugar posible: el balance personal. Así que mujer, te quiero invitar al reto de cuidarte y amarte a ti misma.
¿Por dónde empezar? Por renunciar a la mentira de que no tienes tiempo para ti para hacer ese tiempo sagrado y necesario que te dará paz y salud mental. Esa paz y salud mental se reflejarán en todas las áreas de tu vida para darte paz y salud física además de tranquilidad y claridad a la hora de enfrentar los retos cotidianos que todos enfrentamos de una u otra manera.
Sólo necesitas 30 minutos al día para ejercitar tu cuerpo y tu mente. El compromiso no tiene una imagen física establecida, sino un ideal espiritual que busca liberarte y ayudarte a enfocarte en las cosas que realmente importan. Resultado de ello verás cambios físicos, mismos que de nuevo, no son la meta sino el resultado de tu crecimiento y fortalecimiento espiritual.
¿Qué hacer? Dependiendo de tu personalidad y tus intereses dedica estos 30 minutos a una actividad física que disfrutes y en la que te puedas concentrar completamente. Aunque el tiempo en familia es sagrado y divertido, desconéctate por estos 30 minutos y dedícalos sólo a ti. Puedes bailar, correr, caminar, nadar. Lo que tu quieras solo para ti. Date permiso de estar sola y conectada a ti misma.
Y por último, convierte tu tiempo para ti en una rutina, y respétalo. No te pongas en segundo o tercer lugar. Asegúrate de cumplir contigo primero para luego cumplir con los demás. Tu vas primero porque para amar tienes que tener amor para ti misma. Para cuidar de otros, tienes que estar sana, feliz y completa como persona. Lo demás se da de modo natural y orgánico.
