Verán, lo más lógico sería no tener que hablar de estos temas. Lo lógico sería creer que todos tenemos fé ciega en nuestros hijos reconociendo su individualidad. Lamentablemente no siempre es así, y uno de los obstáculos más grandes para muchos padres es renunciar a la lástima asociada a la discapacidad para aprender a criar con fé en la individualidad de sus hijos.
¿Cómo se manifiesta este comportamiento que muchas veces nos negamos a acepar como padres?
Podemos verlo claramente cuando el niño con discapacidad en vez de ser motivado a poder, es sobre-protegido y limitado por su entorno. Su entorno lo discapacita quitándole la oportunidad de aprender por varios motivos:
- Uno muy típico es dejarse guiar por el prejuicio asociado a la discapacidad asumiendo que no puede sin enseñarle o dejarlo intentar. Básicamente es darse por vencido sin siquiera empezar la guerra.
- Otro es sentir que el niño vive en sufrimiento debido a su discapacidad, y es entonces cuando escuchamos frases como, “me da pena exigirle porque ya tiene suficiente.”
- Un tercero para agregar un ejemplo más, aunque hay millones en realidad. Asumir que tener expectativas y asignar obligaciones es un abuso debido a la discapacidad del individuo. Negarnos a pensar en su satisfacción personal al darle roles sociales negándole a su vez la oportunidad de sentirse útil y valorado.
Se que cuando pensamos en prejuicio, inmediatamente miramos hacia afuera para culpar a quienes utilizan palabras ofensivas para referirse a nuestros hijos, o los excluyen con sus acciones u opiniones. Sin embargo, el mundo allá afuera tiene en realidad poca influencia cuando nuestro mundo está fortalecido desde dentro y desde ese poder habilita al individuo criándolo con fé en vez de ciarlo con lástima.
De nosotros depende. Debemos asumir la responsabilidad porque desde casa hacemos la diferencia. Que no te de pena renunciar a los prejuicios. Que no te de miedo equivocarte al empujar a tu hijo a maximizar sus habilidades. No te conformes con culpar a los demás sin haberte comprometido contigo mismo para empezar a cambiar tu propia mentalidad como el compromiso de amor más grande para cambiar el presente, y por tanto el futuro de tu hijo con discapacidad.