Cuando hablamos de lo importante de renunciar a las etiquetas idealizadoras en nuestro rol de madres, creo que uno de los motivos más válidos para defender esta lucha es la de reconocer que a través de la generalización, las etiquetas crean comodidad haciéndonos creer que los dones y las habilidades de la maternidad se ganan de modo automático y son parte del “paquete.” En la vida real, en tu crecimiento como madre está la evolución de tu hijo. Como todo proyecto integral, es en el camino y con un plan establecido que se maximiza esta tarea con la clara visión de que el objetivo es maximizar a tus hijos.
Las madres no “somos” algo por el sólo hecho de ser madres. Las madres como el resto de las personas decidimos lo que queremos ser y para ello debemos tomar acciones específicas en el compromiso de construirnos y capacitarlos para esta tarea. Ya sea que la madre haga una búsqueda en google para aprender como peinar a su hija, tome un curso para entender el currículum académico de su hijo, o se una a un grupo de apoyo de padres para discutir conceptos y aclarar sus dudas, la madre está tomando un rol activo en educarse y cubrir los vacíos que ha identificado para hacer un buen trabajo.
Decir “todas las madres somos increíbles,” no es suficiente. En vez de eso, agregar, “todas las madres somos increíbles cuando… reconociendo nuestras carencias, identificamos las herramientas que nos activarán,” es lo que hace el mensaje realista, concreto y objetivo.
En el caso específico de las madres de hijos con discapacidad. Así como queremos que el mundo haga conciencia acerca del valor de nuestros hijos enfocados en sus capacidades, así mismo tenemos que hacer conciencia acerca del porqué es que nos empeñamos en monopolizar la etiqueta de “especial,” y peor aún, creer que para ser una “madre especial” debes tener un “hijo especial.” (reemplazando la palabra discapacidad por especial.)
Digámoslo en vez alta y fomentemos la inclusión en nuestras comunidades para identificar nuestras similitudes y apoyarnos en nuestros retos en nuestro rol de madres:
- “Todas las madres tienen la capacidad de ser –especiales- para sus hijos cuando hacen su mayor esfuerzo. Todos los hijos son –especiales- para sus madres, cuando son amados y respetados en su individualidad.”
- “Todas las madres podemos aportar en el libro de la vida basadas en nuestras experiencias personales. Todas en nuestros retos únicos, en nuestras inseguridades, preguntas, y vivencias, podemos contribuir inmensamente a que la tarea sea más llevadera para otras madres, indistintamente del diagnóstico de nuestros hijos.”
La inclusión en nuestro rol de madres es también determinante para activarnos sin etiquetas.
Como lo aplicamos con nuestros hijos cuando pensamos en inclusión, hagamos el mismo ejercicio con nosotras mismas: Es un reto, no siempre entendemos las conversaciones o podemos sentirnos retadas constantemente en un mundo que es más rápido o exigente que el nuestro. Otras veces la simplicidad de las discusiones o preocupaciones nos puede hacer sentir perdidas, pero en aceptar la diversidad y en entender que aunque las prioridades en la crianza y desarrollo de los niños pueden ser diferentes, las madres tenemos algo valioso y poderoso en común: queremos lo mejor para nuestros hijos.
Tener estas reflexiones para mantenernos conectadas e incluidas nos ayuda a crecer como madres y como seres humanos, y en ese crecimiento está la evolución de nuestros hijos, porque mientras más incluidas estemos nosotras, más fácil será la inclusión de ellos.
Por último, el crecimiento continuo no es siempre orgánico y a veces necesita de pasos claros pero realistas. La maternidad es demandante, y si a eso le agregamos las circunstancias de cada cual, puede que estemos hablando de días intensos y de situaciones constantes de estrés. Es por eso que esos pasos claros y realistas que debemos fijar para enfocarnos en nuestro crecimiento, no deben ser forzados ni extremos. Cuando pensemos en crecimiento pensemos en hacer cosas que no sólo nos ayudan pero que también nos reconfortan.
Apliquemos teorías que funcionan para nuestros hijos en acciones que nos motiven y nos maximicen.
Madre, ¿Cuál es tu estilo de aprendizaje? ¿Te gusta más ver un video o leer un libro? ¿Prefieres ver un documental o tomar una clase en línea?
No se trata de inscribirte en un doctorado de educación o sicología, se trata más bien de encontrar algo pequeño y motivador todos los días que cumpla con la lógica que de tanto golpear el mismo lugar, la gota perfora la roca. El crecimiento es el resultado de la consistencia y en la consistencia está tu crecimiento, y en tu crecimiento, está la evolución de tu hijo.
Me parece muy interesante todo lo que escribes. Ser madre, es más que limpiar, y cocinar para los hijos, también es necesario educarnos para poder crecer en todos los aspectos junto con ellos.
Gracias por compartir tus conocimientos.
Un saludo.