Son más de 14 años de estar en las redes. 14 años de crecimiento y evolución personal creciendo al lado de mis hijos Emir y Ayelén. A lo largo de los años no solo mi mensaje se ha estilizado y encontrado su propia voz, sino que se ha ido ajustando a los cambios y sobre todo, se ha fortalecido en el encuentro de nuestra misión como familia, que es la de compartir y ayudar a otros a encontrar su propia receta de vida.
¿Cómo sobrevivir 14 años en las redes mientras pones tu vida y decisiones en tela de juicio?
La respuesta es simple aunque compleja, en los golpes y en las críticas te fortaleces y también te cuestionas, en el cariño y el apoyo de las personas encuentras luz y entiendes que en tus publicaciones diarias, estás dándole a alguien más una luz de esperanza. Una de las lecciones más importantes: aprendes a escuchar a tu corazón y te das cuenta de que el secreto es vivir tu verdad y enfocarte en lo positivo, y literalmente, eliminar y bloquear lo negativo por una sencilla razón: si hubiera escuchado los prejuicios, las críticas, y me hubiera enfocado en la frustración y el odio en vez del amor y la fe, mis hijos no serían quienes son hoy. Lo mismo aplica a la vida en el mundo allá afuera en los diferentes roles que jugamos como padres, defensores, familiares, amigos, y miembros de la sociedad.
Para ti que empiezas este camino:
- La única persona a la cual tienes que complacer es a tu hijo o hija, o a tus hijos. Ellos van primero siempre.
- No le debes nada a nadie, por tanto, las decisiones que tomes para tu familia son tu derecho y tu responsabilidad, ya que serán tus hijos y tu familia quienes vivan con las consecuencias.
- Que alguien esté en desacuerdo con lo compartes es su derecho, que te ataquen y te ofendan no lo es. Fija límites claros.
- Tu sigue haciendo lo tuyo sin dejarte influenciar por la negatividad u oscuridad de otros. Quienes pierden y desgastan su energía enfocados en criticar a los demás, tienen un problema consigo mismos que nada tiene que ver contigo. Ignóralos y elimínalos.
- No necesitas ser un santo o pretender ser uno. Necesitas ser honesto, humano y real en todo momento.
- Tienes el derecho a hablar, clarificar, y defender a los que amas, incluido tú mismo. Utilízalo con inteligencia emocional, porque nadie más lo hará por ti.
- Hablar o contestar no es ser maleducado o agresivo. Es ser asertivo, inteligente y sobre todo justo, para darle a alguien la oportunidad de aprender. Si lo hace o no, no depende de ti. Ya tu cumpliste tu tarea.
- Entrega lo mejor de ti mismo. Los que reciben tu mensaje lo ajustaran de acuerdo a lo que tienen dentro. Tu tarea no es cambiarlos ni hacer que la gente haga lo que tu quieres. Tu tarea es dar y los que reciben decidirán que hacer con la información.
- No des recetas de vida. En cambio, entrega vivencias y experiencias. Cada uno de acuerdo a sus circunstancias única debe y puede tomar sus propias decisiones y encontrar sus propias respuestas.
- Vive al máximo, y luego decide qué y con quien compartes. No vivas para los demás, vive para tu familia y para ti mismo.
- Enfócate en lo bueno, por que es mil veces más que lo malo. Multiplica el amor y la buena vibra. Elimina el odio, la envidia y la mala energía. Te mereces lo mejor del mundo.
Mi mayor satisfacción es ver a mis hijos maximizados y felices siendo quienes son. Si hubiera creído en los demás y no en ellos, mis hijos no serían quiénes son hoy. Yo no los hice, ni los perfeccioné, ni los curé, ni los reparé. Yo los he apoyado y los seguiré apoyando la vida entera para que alcancen el máximo de sus posibilidades siendo ellos mismos mientras celebran su individualidad para crecer fuertes, seguros de si mismos, y con la capacidad de aceptar y entender sus debilidades para poner en acción sus fortalezas y también sus derechos.