Eres buena madre en los días en los que sientes que te quieres comer al mundo.
Sigues siendo buena madre en los días en los que sientes que el mundo te quiere comer a ti.
Eres buena madre en los días en los cuales respondes asertivamente y con certeza ante los estigmas y prejuicios de la sociedad.
Sigues siendo buena madre en los días en los que callas y prefieres dejarlo pasar.
Eres buena madre cuando incansablemente, buscas respuestas sin rendirte ni desfallecer.
Pero sigues siendo igual de buena cuando caes y te sientes derrotada.
Eres buena madre cuando les das a tus hijos todo tu tiempo y les construyes vivencias únicas.
Pero sigues siendo buena madre cuando tomas tiempo para ti.
Eres buena madre en las buenas y en las malas. En lo dulce y en lo amargo. En lo que dices y en lo que callas. En lo que muestras y en lo que escondes. En lo que puedes y en lo que aún no has logrado. Ya eres suficiente.
Y aunque no todos los días son buenos, nunca tendrás todas las respuestas, siempre cometerás errores y muchas veces dudarás de ti misma, no dudes nunca del poder y la influencia de tu amor en la vida de tus hijos. Siempre recordarán el amor con el que levantaste, no de los tropiezos.
Celebra los días en los que sientes que lo puedes todo. Acepta con amor aquellos en los cuales te sientes desfallecer. Escucha a tu corazón y a tu cuerpo y tómate un descanso cuando haga falta. Mañana será un nuevo día y para volver a la batalla necesitas estar fuerte pero sobre feliz y segura de que a medida que la vida fluye y cuando estás escudada en el amor, las respuestas llegan una a una. Para ser una buena madre, lo único que necesitas es ser tu misma, tomar lo que tienes y hacer lo mejor que puedas. Nadie conoce tu vida ni siente lo que tu sientes.
Y lo más importante: No le debes explicaciones a nadie. Para ser una buena madre, no todo tiene que ser una batalla, no todo tiene que ser complicado, no todo tiene que ser perfecto y jamás debería ser un sacrificio sino un acto de amor en el cuál no sientas que estás perdiendo algo sino que lo estás ganando todo. Con fé y amor, respira y cede control para ganar control.