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Tal como lo define @_TheOtherBox, el pensamiento crítico es la práctica de resistir suposiciones, considerar perspectivas alternativas e investigar para llegar a una conclusión objetiva. Esta definición se cruza con el concepto de diversidad. Por lo tanto, se aplica fácilmente a nuestros roles como padres de niños con discapacidades.
Mientras leía esta publicación esta mañana, seguí asociándola a la confusión que experimentamos como padres cuando nuestros hijos nacen o son diagnosticados por primera vez. Después de dar la definición, el post pasa a la aplicación del pensamiento crítico cuando la abundancia de información genera confusión. Esta confusión es algo común en nuestras familias. En nuestro intento por evitar errores, tratamos de obtener todas las respuestas lo antes posible como si hubiera algo que se aplica a todos los niños con la misma condición o diagnóstico. Sin darnos cuenta, cometemos nuestro primer error al ignorar el proceso de pensar críticamente sobre nuestros hijos como individuos y no como una discapacidad.
Realmente no sé si este error se puede evitar o es algo natural que todos experimentaremos en este papel inesperado. Recuerdo haber escuchado a padres mayores decirme cosas como “un día a la vez” o “no necesitas saber todas las respuestas en este momento”. Pero cuanto más controlador eres, más ansiedad te causa esperar mientras sientes que estás perdiendo un tiempo precioso.
Necesitaba cometer mis propios errores para aprender estas lecciones. El pensamiento crítico llegó a mí como resultado de la meditación y la reflexión diarias. Esta decisión consciente de desafiar mis creencias me ayudó a abrir mi mente para tomar riesgos. Desaprendí y volví a aprender cosas para ganar la confianza para decir lo que pensaba desde una posición de flexibilidad. Al comprender que nada es rígido y que la información adicional trae nuevas respuestas, he aprendido a controlar mi ansiedad y concentrarme en mis hijos como individuos.
Para mí, el pensamiento crítico es respirar profundamente y crear un espacio dedicado en mente para informar y evaluar los desafíos desde una perspectiva imparcial. Hoy en día, la pandemia está causando tantos problemas adicionales para todos nosotros como sociedad. Necesitamos comprometernos a usar el pensamiento crítico para colaborar con otros más que nunca.
Necesitamos darles un respiro a nuestros hijos porque están pasando por mucho más de lo que pueden expresar. Tenemos que darnos un respiro. Hemos experimentado esta incertidumbre antes, y continuaremos experimentándola a lo largo de nuestras vidas. Tenemos que utilizar la información y los recursos disponibles y hacer lo mejor que podamos con ellos.
Pensar críticamente sobre las cosas también nos permite ser honestos sobre las cosas que podemos cambiar y las que tenemos que abordar de manera diferente. Algunas cosas no cambian, al menos no de inmediato, y culparnos a nosotros mismos solo traerá vergüenza y frustración. En esos casos, necesitamos cambiar y abordar nuestro enfoque. No significa darse por vencido sino invertir fe en el proceso mientras lo navegamos con enfoque y compromiso para seguir aprendiendo, creciendo y autotransformándonos para transformar todo lo que nos rodea.