La sanación es dolorosa por una simple razón: deconstruye todo lo que conoces para hacerte darte cuenta de que lo que una vez percibiste como ‘normal’ no era normal, sino simplemente familiar. Sanar implica ganar la fuerza para aceptar y darte cuenta de que has sido víctima de tus traumas y heridas durante la mayor parte de tu vida. Se necesita mucho para rendirse ante la realidad de que has estado viviendo sobre una base rota, y la única manera de sanar y reconstruir es comenzar de nuevo. Tendrás que desgarrarte en pedazos hasta que puedas reconstruirte; por primera vez en esta experiencia humana, construirás algo sólido que pueda sostenerte pacíficamente y brindarte paz mental.
Va a ser un proceso largo y complicado antes de que comiences a sentir comodidad y alivio. Habrá días buenos y días malos, y, siendo honestos, al principio habrá más días malos que buenos. Enfrentarte a ti mismo en silencio, en lugar de tratar de escapar y distraer tu mente de la realidad, es una de las cosas más difíciles de hacer. Mirarte a ti mismo en el espejo y enfrentarte a la realidad de que has estado ocultando o ignorando el terrible dolor detrás de tus ojos te hará llorar como nunca antes, pero también te hará respirar y sonreír por primera vez en muchos años.
Te deseo la fuerza para enfrentar tus demonios, encontrar ayuda, creer en tu capacidad de sanar y aprender que mereces algo mejor.
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