Como padres, tendemos a estresarnos mucho y a confundirnos cuando escuchamos terminología compleja como Habilidades de Funcionamiento Ejecutivo o Función Ejecutiva. Inmediatamente pensamos en cómo alguien más puede hacer que esto suceda para nuestros hijos, o qué terapia es la adecuada para “arreglarlo”. Es natural sentirse abrumado y confundido, y también desesperado y ansioso por hacer algo rápido. Sin embargo, no existe una solución fácil o una intervención aislada. Por el contrario, el objetivo debe ser trabajar como padres con una mentalidad de progreso que nos ayude a comprender que este complicado término no es más que las habilidades del día a día que todos hemos adquirido a lo largo de nuestra vida con disciplina y estructura.
Revisemos un ejemplo sencillo de habilidades clave del funcionamiento ejecutivo y cómo ayudar a nuestros hijos a procesar estas expectativas a medida que se convierten en parte de sus habilidades para la vida.
Seguir un horario de manera efectiva.
Diría que uno de los mayores desafíos que experimenté cuando mis hijos eran más pequeños fue la transición de una actividad preferida a una actividad diferente, o incluso, la capacidad de probar algo desconocido. Esta habilidad de funcionamiento ejecutivo es extremadamente importante ya que facilita en gran medida su inclusión y participación en la escuela y la comunidad, sin embargo, no es fácil de lograr.
Aprendí que en el caso de mis hijos y muchos otros, incluidos los niños típicos, los horarios visuales y las historias sociales son herramientas increíbles. Hoy en día, mis hijos son adolescentes y todavía se benefician de los horarios visuales. Cuando eran niños pequeños, sus horarios visuales incluían sus personajes de dibujos animados favoritos y cosas como estrellas y calcomanías eran muy útiles. A medida que comenzaron a crecer, sus horarios visuales crecieron junto con ellos con imágenes, descripciones y, lo que es más importante, con las expectativas.
La repetición, la consistencia y las instrucciones claras son clave. Pero algo muy importante a tener en cuenta es también nuestro nivel de expectativa. Sí, no es fácil y debemos ser empáticos y pacientes en todo momento. Pero, por difícil que sea mantener la objetividad cuando la discapacidad y la personalidad se cruzan, también es importante desarrollar un plan para aprender a hacer esa distinción mientras reflexionamos sobre la influencia de la discapacidad y la influencia del comportamiento típico. Para mí, esta es probablemente la parte más desafiante de todas.
Y así, la próxima vez que pienses en las habilidades del funcionamiento ejecutivo y te sientas ansioso o preocupado al respecto, piensa en todas las cosas que puedes lograr en casa estableciendo un plan, teniendo reglas claras, practicando la coherencia, creando calendarios y recordatorios visuales, explicando conceptos a través de historias o videos sociales. Comienza en ti y continúa en tus hijos.
Créeme que estás haciendo mucho más de lo que ni siquiera puedes imaginar, simplemente con tener un plan y cumplirlo lo mejor posible. Van a haber días buenos y malos también, como pasa con todas las familias. Celebra los buenos. Abraza los difíciles con fe y amor, y reflexiona sobre las lecciones que pueden traerte a ti y a tu familia.